Fiesta bluesera en Moratalaz a cargo de la sabiduría atesorada durante décadas por The New Panama Limited. El sonido pisó un territorio cercano al jazz primigenio de Nueva Orleans.
Los cuatro músicos mostraron un equilibrio exquisito entre la raquítica batería (exprimida como un limón del que siempre sale nuevo jugo), la tuba percusiva y juguetona (tal y como la haría sonar Hendrix, si se hubiera dedicado a eso), más las doce cuerdas capaces de coser reflexiones sobre el paso del tiempo, peripecias cotidianas y el dolor que se convierte en aprendizaje cuando abraza la música.
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