El problema en el entorno europeo

Por Roser Blues

Como miembro de la junta de la European Blues Union, en estos días de confinamiento y pandemia he podido constatar cómo ésta situación ha afectado al mundo de la música en general y al blues en particular en muchos países europeos.

 

Para quienes no conozcan a la EBU, mencionar muy rápidamente que es una organización sin ánimo de lucro cuyo objetivo es promocionar el blues en Europa en todas sus diversas facetas. En estos momentos agrupa a 25 países europeos asociados. Anualmente organiza el European Blues Challenge en colaboración con alguna entidad de blues del país que cada año acoge el Challenge, en el que la banda de blues seleccionada por cada uno de los países europeos asociados compite para conseguir ser reconocida como la banda europea de blues del año recibir el premio de actuar en los más renombrados festivales de blues europeos. Entre otras actividades la EBU también beca a algunos estudiantes de música para asistir dos stages de blues de verano, concretamente la Little Steven’s Blues School en Notodden (Noruega) (dirigida por Little Stevens) y el Pinetop Perkins Workshop en Clarksdale (Mississippi) con profesores como Bob Margolin, Bob Stroger, Billy Branch, Victor Wrainwright o Fiona Boyes entre otros. El Fondo de Blues de la Biblioteca Tecla Sala de Hospitalet de Llobregat (Barcelona) es el archivo oficial de la EBU. Durante todo el año la EBU se dedica también a promocionar otras actividades relacionadas con el blues en Europay su financiación depende únicamente de las cuotas de los socios. Su web es www.europeanbluesunion.com y también está en Facebook y en Youtube. Este año y coincidiendo con el cancelado European Blues Challenge que debía celebrarse en Holanda el 17 y 18 de abril, las 25 bandas de los 25 países participantes colaboraron con una canción en streaming en directo y concretamente en esas dos fechas a través del Facebook de la EBU, enviando también saludos a todos los miembros de la EBU y a sus seguidores.

 

Muchos músicos de blues, festivales, managers, promotores, revistas o asociaciones de blues son socios de la EBU y estos días han acudido a nosotros para comentarnos sus problemas derivados de la crisis del Covid-19. Básicamente sus dificultades e inquietudes son similares a los que sufrimos en nuestro país. Los festivales han tenido que cancelar las ediciones de este año y no saben si tendrán suficiente financiación para su continuidad el próximo año, los promotores no pueden vender a sus artistas, las revistas han perdido anunciantes, los discos no se venden, los locales pequeños no pueden permitirse contratar artistas si su aforo es el de un público disminuido y los músicos han perdido prácticamente todos los conciertos hasta como mínimo otoño o final de año, además de no poder vender cds o merchandising en sus shows. A ello se añade el problema añadido de que muchos artistas residentes en países pequeños como Bélgica, Holanda o Dinamarca suelen viajar a otros países vecinos de mayor envergadura no sólo para actuar sino también para realizar sus grabaciones o producciones musicales.

 

Muchos músicos han optado por ofrecer conciertos en streaming en directo a unas determinadas horas solicitando una aportación monetaria voluntaria, además de promocionar sus canciones a través de las plataformas de música en streaming o dar clases on-line, lo que mantiene el vínculo con sus seguidores. Sin embargo algunos de ellos se muestran reticentes a estos sistemas ya que según ellos es “pan para hoy y hambre para mañana”, pues consideran peligroso que si comparten su música de forma gratuita o por una pequeña cantidad voluntaria, cuando finalice la pandemia sus cachets cotizarán a la baja (aunque estén dispuestos a ajustarlos) y el público acostumbrado a verles desde casa de forma gratuita, no sentirá la motivación de volver a pagar una entrada aunque ésta se haya también reducido. En cuanto a las plataformas de música en streaming, consideran que ni siquiera es pan para hoy pues por ejemplo para ganar 100 euros se necesitan aproximadamente 25.600 reproducciones en Amazon Music, 31.200 en Spotify, 19.600 en Google Play, 71.400 en Youtube o 142.800 en Vevo, cifras muy elevadas para un estilo minoritario como es el blues. Otras plataformas como Bandcamp han lanzado una campaña en la que todas las ventas de música de su plataforma de cada primer viernes de mes, se entreguen íntegramente a los artistas.

 

Algunos músicos de blues nos han manifestado que su creatividad ha disminuido con el confinamiento y han perdido motivación, ya que no pueden interactuar directamente con otros músicos o con el público, teniendo en cuenta que un estilo como el blues es altamente dependiente de este contacto. Sin embargo algunos otros han aprovechado el tiempo para componer o estudiar.

 

Un problema añadido es las medidas tan variadas, diferentes y a veces faltas de claridad que se han ido implementando en cada uno de los países europeos, así como la intensidad que el Covid-19 ha tenido en cada estado. Así por ejemplo artistas finlandeses o suecos pueden empezar a plantearse volver a tocar debido a la situación en su país, pero muchos de los festivales o locales de los países vecinos en los que estaban contratados no les permiten entrar en su territorio. Algunos festivales de blues de Alemania y Finlandia han pospuesto sus festivales hasta el mes de septiembre, fecha en la que piensan poder realizarlos con un aforo máximo de 500 personas. Concretamente en Noruega se realizarán pequeños conciertos de blues al aire libre en verano con un aforo de 50 personas y a partir de septiembre se permitirán conciertos en espacios cerrados también con un aforo máximo de 500 personas renunciando a contratar artistas internacionales y apostando por músicos locales que, en general, suelen atraer menos espectadores por lo que la asistencia se verá doblemente mermada, no sabiendo si podrán cubrir gastos. Todas estas diferencias están generando muchos problemas para poder cerrar conciertos en un próximo futuro, por lo que muchos músicos del viejo continente hubieran agradecido unas medidas similares o al menos algo más consensuadas en todo el territorio europeo.

 

La mayoría de gobiernos europeos han habilitado partidas presupuestarias millonarias para ayudar a la cultura y han recomendado al público que no reclame el importe de las entradas vendidas. Por ejemplo Alemania otorgó ya en marzo 500 millones de euros para artistas autónomos y similares ayudas se habilitaron en Francia, Holanda y el resto de países de la Unión Europea, aunque estas ayudas van llegando con retraso. Sin embargo estas cantidades astronómicas recaerán mayormente en grandes espectáculos y artistas de renombre, por lo que los festivales de blues, los managers de blues y jazz y, por supuesto, los músicos de blues se sienten discriminados y consideran que en estos momentos el circuito de blues está totalmente devastado.

 

Afortunadamente en algunos países, las asociaciones de música y algunos estamentos públicos y privados están implementando medidas algo más imaginativas. En Reino Unido se ha concedido una paga de 1.000 libras a los artistas en paro. En Bélgica se ha organizado una campaña que con el título de Play Local anima al público a consumir música de artistas del país. En Estonia se está negociando reducir el IVA en espectáculos y entradas, en cuanto puedan celebrarse, para revitalizar el sector. En Finlandia la asociación de compositores dará una ayuda de 2.000 coronas finlandesas a propietarios de locales y pequeñas salas de conciertos. En Irlanda la plataforma Ireland Performs, que incluye numerosos estamentos culturales, ha creado una página en Facebook que pagará 1.000 euros a cada artista que transmita sus conciertos on line. Los artistas más famosos y populares de Irlanda incluirán en sus conciertos a través de Facebook Live a grupos de estilos más minoritarios como teloneros para que de este modo tengan mayor visibilidad, aumenten sus seguidores y puedan conseguir más ingresos con la venta de sus canciones o discos. En Luxemburgo se ha establecido una cuota de emisión radiofónica que con el título “Made in Luxembourg” se repartirá entre los artistas locales cuya música se emita en las ondas. Esta misma iniciativa se está llevando a cabo en Holanda, donde Music Management ha creado una plataforma donde los músicos holandeses pueden colgar sus trabajos, vender sus discos, merchandising y promocionarse. Una plataforma similar ha nacido también en Polonia. Finalmente en Reino Unido se la lanzado la campaña titulada “Keep Music Alive” y se ha solicitado un aumento de los royalties en el streaming on-line.

 

Aunque el panorama se presenta muy negro, quiero pensar que, en estos momentos, todos somos conscientes de la situación que, en parte, esta crisis ha servido para hacer evidente y destapar la problemática de todo el circuito de blues y los músicos que forman parte de él. Me gustaría pensar que esta concienciación sirva para que cada uno de nosotros pongamos nuestro grano de arena para mejorar la situación y dignificar al blues, a quienes trabajan por él y a quienes lo practican.

 

Finalmente me gustaría compartir una reflexión de Miguel Tudanca propietario de la sala El Hangar en Burgos como un ejemplo de lo que debería ser el inicio de un cambio de mentalidad: “Primero las instituciones. Deben reconocer que hacemos un trabajo importante para la cultura en general y para el desarrollo de los jóvenes artistas en particular. Y sí, reconocimiento también de la ciudadanía. A veces la gente pasa por delante de un club y piensa que allí pasan cosas extrañas o peligrosas. Y es por ignorancia. Así que es importante que los vecinos sepan que existen profesiones dentro del mundo de la música. Que quizá tienen un horario diferente, pero es gente que trabaja como cualquier otra persona. Un técnico de sonido o de luces, un programador… Estas personas son profesionales. Este año hemos hecho una jornada de puertas abiertas para que los vecinos conozcan la sala en horario diurno y se olviden de los prejuicios. Porque muchas personas piensan que las salas de conciertos pertenecen al mundo de la noche, y son alcohol y drogas… y rock and roll. No. Es más que eso”.

 

Roser Blues lleva muchos años escribiendo sobre blues y siendo testigo y cronista con sus fotos y artículos de su desarrollo. Como miembro de la junta de la European Blues Union, nos ofrece su punto de vista sobre la situación creada por el virus en el entorno musical europeo.

Fotografía de Julio I. Sánchez
Fotografía de Julio I. Sánchez

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies